domingo, 5 de diciembre de 2010

Ponchador

 
Por Raúl de la Cruz
Dicen que cualquier unanimidad es sospechosa. Este sábado por la noche me llamaron la atención la coincidencia de comentarios de los merolicos de Televisa en la pelea del “Nuevo ídolo” del boxeo mexicano Saúl “Canelo” Álvarez y el africano Lovemore N'Dou, el propio peleador tapatío al final de la contienda. Me pareció bastante la casualidad insistir en que la pelea dejaría enseñanzas en experiencia. Antes, por parte del equipo del Canelo, se mencionó con reiterada insistencia que Lovemore N'Dou era un peleador peligroso y que sería de mucha utilidad porque Canelo tomaría más experiencia. Durante la pelea, los Jilgueros de la televisión se encargaron de reforzar el mismo concepto y al final del Canelo remató la idea. Es decir, el mensaje fue bastante claro. La intención, a base de bombardeos mediáticos, fue contrarrestar la longevilidad del peleador africano que poco o nada ofreció durante la pelea como ya estaba previsto. Canelo lo pudo haber noqueado en cualquier momento pero tenía la misión de sobrellevar la contienda, justamente para contrarrestar los señalamientos de que se trata de un Mata viejitos. Incluso, las imágenes de la famosa cámara phanton fue contundente en reiterar la “resistencia” del peleador visitante. Jamás repitieron imágenes de los golpes sólidos de N'Dou.
Sin embargo, habría que hacer una seria reflexión sobre la actuación del peleador jalisciense. Nos enseño que a sus veinte años poco o nada ha avanzado con relación a táctica y estrategia, continúa cometiendo los mismos errores que cometía desde que debutó profesionalmente. Contra ese rival obligada el trabajo en los bajos; la movilidad de cintura, los pasos laterales para disminuir su condición física. Por el contrario, el mentado “nuevo ídolo” se cansó desde el octavo asalto, era notorio como abría la boca para jalar aire. Fue cuando el africano le metió seriamente las manos, lo conectó en varias ocasiones y en respuesta recurrió a los desplantes que no son otra cosa que mecanismos de impotencia. En términos generales, la pelea bajo la promoción del mercenario Oscar de la Hoya en complicidad de Televisa, fue una verdadera vacilada. El Canelo no aprendió nada ni tomó experiencia, no se puede decir semejante pendejada porque a los veinte años eres un hombre hecho y derecho, más, cuando tienes más de 40 peleas en el ámbito profesional. Continúa el engaño, con el globo del Golden Boy y ahora de Televisa, que ya le agarraron el modo, hay que echar mano de los contribuyentes, ahora le tocó el turno a la maltrecha población de Veracruz con la tutela de los corruptos priistas de ese estado.

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