sábado, 11 de junio de 2011

Otro Rocky famoso


Por Pablo PANIAGUA
 Son varios los Rockys que han desfilado en las filas de los profesionales del ring. Y sin duda los más destacados ya se encuentran en el Salón de la Fama del Boxeo. Rocky Marciano, el peso completo que se retiró como campeón invicto y Rocky Graziano, monarca medio cuya vida fue estelarizada en la pantalla por un joven actor llamado Paul Newman.
 Ahora llega un Rocky de Hollywood, que ganó el campeonato mundial en la pantalla cinematográfica y capturó la imaginación y la mente de millones de personas de todas las edades, religiones, sexos y razas.
 Este Rocky merece estar en ese recinto reservado para los grandes del pugilismo universal por la sencilla razón de que popularizó muchísimo el boxeo a nivel mundial. y su popularidad solo podría compararse a los tres grandes ídolos de fistiana: Dempsey, Louis y Alí.
 El que no merece estar ahí es Sylvester Stallone, un actor malo que se convirtió en una celebridad mundial por haber personificado en la pantalla a Rocky en el film original y sus subsecuentes sequelas.
 Es Rocky en realidad el que será exaltado mañana por la tarde en el recinto de Canastota. Ese  Rocky medio atontado y honesto que triunfó cuando nadie lo esperaba, ese Rocky que después abandonó el gimnasio y se dejó engañar por la fama, ese Rocky que regreso a la disciplina y el sacrificio y  con ello al  triunfo.
 Stallone tiene el mérito de haber  creado al personaje y la historia inspirada en una pelea que escenificó el campeón Mohamed Alí y un jornalero rubio del encordado llamado Chuck Waepner.             
 Ed Brophy, director, propietario y principal comercializador del Salón ya famoso de Canastota estará muy despierto cuando Stallone llegue para extenderle la alfombra roja, rendirle todos
los honores y sacarle un buen donativo si el multimillonario actor con ego gigantesco se traga la finta de los organizadores.

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